jueves, 31 de agosto de 2017

244. BAÑO EN EL RIO CARRION AL PASO POR CARRION DE LOS CONDES



El río Carrión era un gran desconocido para mí, pero eso se acabó este verano. Con un baño en él, claro está (un río no es tu amigo hasta que no te bañas en él), y... algunas cosas más. Las dos o tres veces que había estado en Carrión de los Condes no había reparado mucho en su río pero en la visita que hicimos el pasado 19 de julio, lo primero que hicimos después de instalarnos en uno de los hostales de la plaza fue bajar a dar un paseo vespertino por la ribera del Carrión. Y cuál no sería nuestra sorpresa cuando vimos que tanto aguas arriba como aguas abajo de un pequeño puente peatonal que lleva a una zona deportiva, su margen izquierda estaba perfectamente acondicionada para el baño y que había gente en el agua.


Qué maravilla. Ya empezaba a creer que los ríos de este país eran desde hace tiempo propiedad exclusiva de las Confederaciones Hidrográficas y de las Federaciones de Pesca, pero veo que todavía hay algo de cordura. Al menos en Palencia.

Por si fuera poca esta alegría aún tuve otra más: en una de las últimas casas bajando al río encontré un anuncio de alquiler de kayaks:


Llamé al teléfono del anuncio por si era posible concertar alguna salida para el día siguiente pero me dijeron que sólo funcionaban los fines de semana y que el tramo a recorrer estaba a cierta distancia al norte de Carrión de los Condes, por lo que lo dejamos para otra ocasión.  Así pues, a la mañana siguiente hicimos en bici el tramo del camino entre Carrión de los Condes y Calzadilla de Cueza, ida y vuelta. En la siguiente foto se ve puede ver a Rosalía llegando a Calzadilla donde había un animado albergue de peregrinos nada más entrar, en el que paramos a almorzar.


De la visita a Calzadilla de Cueza no puedo dejar de mencionar al simpatiquísimo guía de la iglesia, un señor de 94 años apellidado Acero (su nombre, muy castellano, no conseguí retenerlo en la memoria...., pero sí en algún papel que he encontrado luego: Herminio) que nos contó hasta alguna anécdota de su mili en Burgos, y con el que nos hicimos una selfie:


Pero bueno, no nos perdamos por el camino (aunque sea de Santiago) porque a lo que vamos en este post (ya se lo imaginan) es que de vuelta a Carrión lo primero que hicimos fue darnos un excelente chapuzón en el río. Y esta vez el de las fotos soy yo:


Un chapuzón bastante solitario porque según pudimos ver, la mayoría de la gente del pueblo prefiere ir a la piscina ubicada en la zona deportiva del otro lado del puente peatonal... (?).


Cierto que no es lo mismo descubrir una poza semisalvaje, como la del Pisuerga del post anterior, que bañarse en una zona perfectamente acondicionada por el Ayuntamiento, pero ya se ve que la gente no hace mucho aprecio ni a lo uno ni a lo otro.

Dos semanas después, cuando regresamos a La Rioja de nuestro viaje a Galicia por las carreteras del Norte de las provincias de León y Palencia, al pasar por Guardo y Velilla del río Carrión volvimos a encontrarnos con nuestro nuevo amigo. Aunque no paramos en Velilla, hemos podido saber que allí se puede disfrutar de un buen tramo del río acondicionado para piraguas (y seguramente para bañarse también). Por la ruta de los pantanos del Carrión  hicimos alguna foto al lecho seco del embalse de Camporredo con la hermosa roca del Espigüete detrás (objetivo montañero para soñar un poco).


Y hasta nos acercamos a Cardaño de Arriba para ver el inicio del sendero que lleva a las Fuentes Carrionas, es decir, al Pozo de las Lomas (arriba a la izquierda) y al Lago de Fuentes Carrionas (a la derecha del anterior), que parecen los ojos del río.


Y aunque las del Carrión propiamente dicho sean las de la derecha, que van por un largo valle detrás del Curavaca, al final las dos aguas se encuentran en el susodicho embalse de Camporredondo. La siguiente foto del embalse está hecha desde un mirador ubicado junto a la carretera:


De vuelta a casa y ante el ordenador, prosigo con mi curiosidad de saber algo más del Carrión y descubro que desemboca en el Pisuerga un poco más abajo de Venta de Baños (¿baños? ¿serán baños en el río...?). Es una desembocadura muy curiosa porque parece que el Pisuerga se volviera hacia el norte para juntarse con el Carrión:


Aguas arriba descubrí (si no lo sabía o ya lo había olvidado) que el Carrión es el río que pasa por Palencia ciudad, pero lo que me llamó la atención del siguiente mapa que pongo aquí es que esa línea azul tan geométrica que corre al Oeste del Carrión es nada menos que el Canal de Castilla... cuando el día anterior, en Melgar de Fernamental, ¡lo habíamos visto (y recorrido un poco en bici) al Oeste del Pisuerga! (???)


¿Como es posible? Con google es muy fácil averiguarlo. Subes aguas arriba y a la altura de Calahorra de Ribas encuentras uno de los puntos más singulares de la red fluvial o hidraúlica española: el cruce entre el Canal de Castilla y el río Carrión, con un sistema de cuatro esclusas.



El Canal de Castilla no es sitio para bañarse pero ya me gustaría al menos recorrerlo entero en bicicleta. Por si alguien se anima a hacerlo conmigo, dejo aquí un estupendo track con descripción de todo el recorrido.

jueves, 24 de agosto de 2017

243. BAÑARSE EN LOS RÍOS. EL PISUERGA EN EL CAMINO DE SANTIAGO



El 17 de julio de este año hizo en Burgos un calor castellano, es decir, del seco y fuerte. A las nueve y media de la mañana nos arreó bien el sol cuando subimos desde Olmillos de Sasamón al Alto Castarreño para contemplar el océano de cereal. Pero eso no fue nada para el sol de plomo que nos cayó encima cuando a eso de las doce nos dio por subir al castillo de Castrojeriz. Después de almorzar en el excelente Bar Restaurante La Taberna, que debería de figurar en el BRA si tuviera ánimos de actualizarlo un poco más a menudo, pensé que había llegado la hora de buscar algo de frescor (y hasta un baño si era posible) en el cercano Pisuerga. Recordaba yo que en el cruce entre el camino de Santiago y el gran río que pasa por Valladolid había un puente precioso (aún no ensanchado para el paso de dos coches) y unas aguas bastante tranquilas como para bañarse y buscar alguna sombra donde sestear. Pero una cosas son los recuerdos y la ilusión, y otra la cruda realidad, y aunque el puente seguía igual de bonito, el estado de las aguas y de las orillas del río no invitaban al baño. Inasible al desaliento (creo que la expresión correcta es inasequible pero no me gusta nada) eché un vistazo al mapa para ver si más arriba o más abajo del puente había algún pueblo donde seguramente las gentes se bañaran aún en el río, y el primero que vi fue Iteros del Castillo, cuatro o cinco kilómetros aguas arriba. A la tórrida hora del mediodía no había una alma en sus calles, así que abordé a un paisano que andaba aparcando su coche y le pregunté: ¿no habrá por aquí algún lugar donde la gente se bañe en el río? El tipo me miró con cara de preocupación, como si yo estuviera loco, pero una vez que asumió mi extravagancia me respondió que sí, que por la parte baja del pueblo, junto al frontón, había un camino al río donde "antes" se solía bañar la gente. Fui para allá y al principio me metí por el camino (más marcado) que va hacia el norte, pero viendo que me perdía entre choperas volví hacia atrás y probé por el camino que he marcado con líneas amarillas en la siguiente foto de google, y en poco menos de un cuarto de kilómetro dimos con el Pisuerga.


Corría el agua, se veía limpia y había sombra, así que allí nos plantamos. A juzgar por el aspecto de  nuestra orilla y la de enfrente, parecía que hubiera allí un vado, pero si en Julio de un año tan seco como este bajaba con tanto caudal, no sé cuándo se podrá utilizar como tal.


Al principio nos metimos al agua con cierto respeto...,


y no porque estuviera fría, que de eso nada...


 ... sino porque la corriente era bastante fuerte, y hacia abajo había ramas y recodos donde la corriente nos podría arrastrar y darnos un susto...


Poco a poco le fuimos cogiendo confianza al río y gracias a que llevaba zapatillas para andar por el cascajo, fui subiendo corriente arriba viendo que iba ganando en profundidad y mansedumbre. Tan sólo cincuenta metros más arriba cubría algo más de la cintura y se podía nadar tranquilamente. Una pena pues, que el único acceso al río desde Iteros del Castillo fuera justo por la zona de más corriente.

Poco antes de irnos,  cuando nos estábamos dando el último baño en esa zona tan estupenda que mencionaba (y que he marcado con un rectángulo naranja, apareció en bici un grupo de adolescentes que venían a bañarse desde Iteros de la Vega. Por la forma tan despreocupada con que entraron en el agua, para ellos debía de ser habitual, pero a mí me supo como si fueran los primeros en disfrutar de mi descubrimiento. El acceso a esta zona de baño desde la margen derecha del río es mucho más amplia y cómoda que desde la zona de Iteros del Castillo, así que si os toca ir por allí, ya lo sabéis.

Por cierto, la fina línea verde que se ve en la foto aérea de Google Earth señala el límite entre la provincia de Palencia (a la izquierda) y la de Burgos, a la derecha. O sea, que los dos Iteros se juntan en el río (!).





viernes, 18 de agosto de 2017

242. LAGOS DE COLOMERS. Valle de Arán. 11k 700+



Por fin hemos subido a los lagos de Colomers. Ya tenía ganas. Nos acercamos varias veces en invierno desde los baños de Tredós, pero para subir con nieve hay que ir mucho mejor preparado que para un simple paseo entre días de esquí. Lo intentamos en verano hace cuatro años, después de aquellas tremendas riadas de junio del 2013, y nos encontramos con la carretera hundida. Nos contentamos entonces con ir a los lagos de Beciver MONTES 122). Mi interés por los lagos de Colomers viene del año 75 cuando estuvimos consultando el archivo fotográfico del Centro Excursionista de Cataluña para un trabajo del COAC sobre el Valle de Arán y pudimos ver algunas fotos de Juli Soler i Santaló. Las he buscado por la red, pero no he encontrado nada. Lo que más sale poniendo el nombre de aquel ingeniero amante de las montañas y dinamizador del Centre de Excursionismo de Cataluña es que en Salardú hay un albergue que lleva su nombre, cosa que ya sabía desde hace mucho. Por lo menos he encontrado una de las fotos más conocidas de Juli Soler i Santaló (1865 - 1914) que me apetece mucho ponerla aquí para agradecerle que fuera uno de los primeros es descubrir la belleza de estos parajes.


La excursión a los lagos de Colomers es bastante sencilla y está perfectamente señalizada. Son poco menos de 11 kms con unos 500 m de desnivel acumulado (el track dice 700 pero no le creo porque la diferencia entre el punto más alto y el más bajo es de 400m y en subes y bajas no se hacen más de 100m) que se pueden hacer en menos de cinco horas. 4h 27' dice nuestro track de wikiloc.


El terreno es bastante laberíntico y se pueden hacer recorridos muy variados visitando más o menos lagos. Nosotros elegimos el recorrido de siete, que ya es bastante para una mañana, y que transcurre por tres zonas bastante diferenciadas: el ascenso al Lac Major (1); la vuelta por sus tres lagos de arriba (Estanh Mort (2), Garguilhs de dos (3) y Estanh de Cabidornats (4); y el ramal de ida y vuelta en dirección sureste por el Lac Long (5), el Lac Redon (6) y el Lac Obago (7). Visto en Google desde las alturas y según se sube, esta sería la panorámica.


Planificamos nuestra excursión para el viernes 9 de junio (fiesta en la Rioja) y nos llevamos la sorpresa de encontrar el Valle prácticamente vacío y con muchos hoteles y restaurantes cerrados. No entiendo muy bien los vaivenes del turismo pero lo que tengo claro es que para subir a los lagos de Colomers el mes de junio es ideal. Aún se disfruta de la mucha agua del deshielo y lo que es más importante, se puede llegar hasta el parking superior del pont dera Montanheta sin tener que pasar por el engorro y esperas de taxis que ponen en los meses de verano desde los Baños de Tredos. Con todo, nos sorprendió que hubiera un parking más arriba del citado pont con una pista encementada hasta él de uno o dos kilómetros, cortada a pico en sus bordes, y en la que no te puedes cruzar con otro coche (?!). Cosas de las autoridades...


Aparcamos entre otros cinco vehículos y unos cuantos caballos que ramoneaban entre ellos y echamos a andar hacia arriba


Doscientos o trescientos metros después sale a mano izquierda el sendero perfectamente señalizado que sube a los lagos. La foto de Rosalía celebrando el éxito de la excursión está hecha a la bajada, pero mejor ponerla aquí para que se vea la claridad de la indicación en el inicio.


Eso sí, el Pirineo es el Pirineo, y la senda enseguida se pone agreste:


Superado el primer escalón glaciar, nos encontramos con una zona plana llena de agua, por lo que el sendero discurre por unos maderos dispuestos con mucho mimo:


Se llega así al arroyo de desagüe del Lac Major  (no sé si a esa altura lleva ya el nombre de arriu de Aiguamoig y se cruza por un puente para volver a subir otro escalón glaciar por su margen izquierda:


En media hora o cuarenta minutos desde la salida se avista entonces la cara exterior de la presa del Lac Major:


Nos encaramamos a la presa por la izquierda y contemplamos el viejo refugio justo al otro lado de la misma:


Y el nuevo refugio un poco más al interior del lago:


Antes de abandonar la presa aún hago una foto hacia la zona por donde habíamos venido porque me había sentido impresionado por la erosión glaciar de sus piedras:


Pasamos junto a los dos refugios, aunque el acceso al nuevo tenía el puente un poco deteriorado...:


Y dejamos el Lac Major atrás para ir subiendo hacia el Estanh Mort:


El sendero se hace tan agreste que hasta hay una cadena metálica en un paso rocoso:


Superado este nuevo escalón aparece a nuestra derecha el punto de desagüe del pequeño Estanh Mort:


Lo dejamos atrás y subimos hacia el tercero de la serie, el Garguilhs de dos:


Pero este tercer lago se esconde un poco y antes de llegar a él hay que cruzar su caudaloso desagüe por otro puente:


Una vez en la margen izquierda, subimos otro poco y lo vemos desde abajo con la Agujas de Colomers detrás y una tentadora canal de nieve para llegar hasta ellas.


Palabras mayores eso de subir más arriba... Estamos ya en el punto más alto de nuestro recorrido y toca bajar un poco para ir en busca del cuarto lago: el Estanh de Cabidornats. Pero antes de llegar a él pasamos por otro peldaño acuoso con un precioso laberinto de pequeños riachuelos:



El sendero en esta zona es mucho más cómodo. Pasado este tramo llegamos al Cabidornats, que se bordea por la izquierda:


Se sigue descendiendo por donde marcan las señales y nos encontramos con el quinto lago de la jornada, el Lac Long ante el que damos un giro de noventa grados a la derecha y lo recorremos cómodamente por un sendero de borde.


Solo al final el sendero casi se mete en el lago por... si queremos probar el agua:


Por encima del Lac Long, y separado nada más que por un pequeño tramo de río, está el sexto, el Lac Redon, al sólo hay que ponerle un -do detrás para entender perfectamente la razón de su nombre:


Y ya por fin, subiendo el último peldaño que vemos a su derecha y recorriendo un pequeño tramo junto a su desagüe...:


...llegamos al séptimo y último lago del recorrido, el Lac Obago (en este se me escapa la razón del nombre...) con el Pic de Ratera (2.882m) presidiendo la escena:


Elegimos para almorzar el resguardo de la roca que corona ese pequeño islote...


... y le hago a mi colega la foto que he elegido para la cabecera de este post, porque aparte de la caminata deportiva, lo más genuino de esta excursión es la contemplación del agua y la montaña en completa soledad (apenas vimos ese día a media docena de personas en todo el recorrido).

Excursión realizada con Rosalía la mañana del 9 de junio del 2017