lunes, 10 de marzo de 2014

144. REFUGIO DE LA TRAPA EN EL COLLARADA, 1.730 m. (11k 530+). Raquetas de Nieve. VILLANÚA. HUESCA.



Descubrir el Pirineo invernal a cierta edad tiene su punto de impotencia, sobre todo cuando ves las locuras que hace y cuenta la gente en sus blogs. Poco antes de ponerme a narrar esta pequeña excursión con raquetas he visto que Daniel Mur y sus amigos habían intentado el Collarada tan sólo una semana antes por el mismo recorrido inicial nuestro y... casi se me quitan las ganas de escribir nada aquí. Pero bueno, nosotros fuimos con otra intención y la verdad es que bajamos con una gran sensación de éxito. 

Tras un sábado agobiante de masas de esquiadores en Formigal que otro día contaré, el domingo teníamos intención de perdernos por alguna de las canales orientales del valle del río Aragón: la de Ip, la de Izas o la Roya (esta última descartada por lo del alud de la cornisa de la Raca que cuenta Dihinx en su libro y otros bloggeros y trackeros en sus respectivos medios), pero como el próximo verano queremos subir al Collarada, pensamos que sería bueno empezar a conocer el terreno. La decisión la tomó la propia carretera: a las nueve y media de la mañana todavía había atasco en Villanúa (!!!). ¿Subir así hasta Izas? Ni hablar.


Nos salimos de la carretera para hacer tranquilamente una foto del Collarada y nos metimos en Villanúa a preguntar en la Oficina de Turismo por los permisos para subir por la pista, pero como estaba cerrada, tiramos por el primer camino asfaltado que vimos al entrar en el pueblo, que sale a la izquierda del Albergue. Mientras no haya ningún "prohibido el paso" nadie nos puede decir nada ¿no? En cuanto se acaba el asfalto aparece un cartel anunciando que a tres y pico kilómetros se necesita el famoso permiso. Vale; genial. Tal y como está organizado el monte en Aragón, tres y medio kilómetros que te quitas de pista siempre es de agradecer (véase lo que pasa en Peña Telera...). Lo malo es que no miré el contador de kilómetros, y como la valla está un poco más arriba del ramal izquierdo de una bifurcación de caminos, si no hubiera sido por seis o siete coches que había allí aparcados, nos hubiéramos ido por el de la derecha que parecía más principal... Bueno, pues eso, que a las diez de la mañana aparcamos en ese cruce y echamos a andar por el de la valla. 

¿Crampones? ¿Raquetas? ¿Nada? Debido a nuestra falta de experiencia en nieve (véase post anterior del Montcorbison) y en meteo, siempre nos entran las dudas, pero esta vez apostamos por las raquetas y fue un acierto pleno.   


Nuestra idea era llegar por el valle de Azús hasta el Refugio de la Trapa (1.730 m), que es el punto de paso obligado para subir al Collarada, aunque... como desde allí quedan aún 1.100 mts de desnivel (unas cuatro horas), si se organiza con vivac la gente recomienda hacerlo más arriba. Con cuatro horas de ascensión yo llego algo cansado o mareado a las zonas de roca donde hay que echar las manos y eso me impide disfrutar de esos tramos finales. Ya lo pensaremos. De momento pongo el track de la subida que nos hizo el Endomondo y la perspectiva en google earth:


Como la valla está a 1.200 mts, la ascensión es de 530 mts y la distancia, 5,6 kms.


Pasados los dos primeros giros de 180º por la pista (uno corto y otro amplio) se tiene el primer premio del día: la panorámica de los picos de Tortiellas en la Sierra de Aísa que nos va a acompañar buena parte del recorrido:


Tras kilómetro y medio de pista, y al final de un largo tramo recto, sale el camino propiamente dicho. Hay cartel indicador que dice que desde allí al refugio son 2 horas.


El camino se interna en el bosque y enseguida nos metemos en la nieve:


Como aún estaba helada, aguantamos un buen rato con las botas, pero las huellas eran cada vez más profundas...



... por lo que ya creímos llegado el momento de poner las raquetas y andar con ellas.


Llegamos así a la famosa curva del Ford Fiesta, recuerdo de algún animal que intentó bajar del refugio por tan empinada pista y acabó con sus hierros allí. Por lo que veo en las crónicas, todo el mundo se hace una foto para conmemorar semejante burrada, y es que además de lo del coche, el rincón es muy bonito.


El camino zigzaguea, se empina y va cambiando de dirección, por lo que el sol empieza a entrar entre los pinos:


Metidos en la canal de Azús, el camino va por el lado soleado del barranco y la nieve se acumula en montoneras.


Hacia el km 4 llegamos a la cabecera del barranco y el camino se empieza a abrir a una gran explanada de nieve:




Pasados los pinos se ve el elegante farallón de roca de las faldas altas del Collarada con el paso blanco del Abete por donde se inicia la subida al pico.


Al acercarnos al paso vemos a un esquiador solitario subiendo en zig zags con esquís de travesía (¡qué envidia!):


Un poco más adelante, avistamos ya nuestro objetivo: el refugio de la Trapa.


Desde donde dejamos el coche hemos tardado exactamente 2 horas y un minuto, y eso con raquetas, paradas, fotos y demás, así que, o estamos muy fuertes o el cartelito del cruce debería decir, cuando más, 1 hora 45 minutos. 

Echamos un vistazo al refugio para sentir la dentera de siempre hacia estos lugares tan descuidados..., 


...aunque a cambio, nos encontramos con una estupenda mesa con dos bancos debajo de un pino (ver foto de presentación) para almorzar allí como reyes mirando el paisaje que se abre hacia el sur. A la izquierda, la puntita de la Peña Oroel. 



No habíamos acabado de sacar la botellita de vino cuando se unió a la fiesta Pablo, un simpático montañero-corredor navarro que subía por otro lado con una bonita perra, y con el que compartimos una buena cháchara, el vino, y el nuevo menú de bocadillo de sardinas con guindillas picantes en aceite. Mmmmm. Foto de recuerdo y saludo "for ever" para Pablo. 


Tras una hora de relax, a la una en punto emprendimos la bajada apercibiéndonos de lo mucho que se había ablandado la nieve. Fue entonces cuando disfrutamos por fin de la verdadera utilidad de las raquetas, que no sólo sirven para los días de nevadas recientes sino, sobre todo, para los días (las tardes) de nieves primaveras.


Otra cosa que funcionó de maravilla es el sistema de apertura/cierre de la fijación. Mientras que en la subida las llevamos sueltas para que se claven las puntas en la nieve costra, en la bajada las llevamos atadas para poder clavar a gusto los talones. 


Y para firmar y afirmar lo que digo, ahí poso yo poco mostrándolas con orgullo poco antes de quitármelas:


A las tres estábamos ya en Villanúa tomándonos una gran cerveza (clara en mi caso, para no pasarme del nivel permitido) y a las tres y media en carretera rumbo a casa.

Excursión realizada con Rosalía el domingo 9 de marzo del 2014


PS: Leo consternado en la prensa que una mujer de 41 años vecina de Huesca murió este mismo día en la Canal de Izas cuando estaba practicando con su marido un paseo con raquetas (!). Al parecer resbaló y cayó 150 metros por una ladera de nieve dura (!!!).