viernes, 23 de agosto de 2013

126. IBON DE PIEDRAFITA 1.618 m (8k 370+). Valle de Tena



No todo el monte es orégano y no todas las excursiones son maravillosas. La gestión del monte y de sus accesos, o la señalización de senderos y cuidado de los refugios no pocas veces te amarga el dulce, así que lo que voy a contar aquí sobre los accesos a Peña Telera desde Piedrafita tiene más de denuncia a las "istituciones" (como gustaba decir el gran Agustín) que otra cosa. Aunque visto por el lado bueno, también se podía ver como aviso a los amantes de los montes.

Una de las montañas más bonitas del Valle de Tena (a veces me salía llamarlo valle de pena) es la Peña Telera. Su ascensión es larga y costosa (v Montes 18), pero para quien quiera realizarla por la vía normal desde Piedrafita, bien está advertir que el ayuntamiento le regala hora y cuarto más de subida por una fea pista hecha para coches hasta el Ibón de Piedrafita, punto de partida lógico y natural. Y eso si se informa bien y no se equivoca con el camino.

En el cuarto día en Biescas y como el tiempo seguía inestable, pensé que una buena opción de excursión podía ser la de ir a contemplar la maravillosa cara norte de la Peña Telera y si es caso, subir al menos su  canal lateral hasta plantarnos debajo de esa inmensa proa de roca que fotografié en la excursión de 1981. Ya había leído que la pista que sube al ibón la tienen cortada a los coches, pero como no teníamos mayores ambiciones, nos dejamos caer por allí para dar un paseo y ver si al menos pudiera haber un bonito sendero.

Pues bien, ya en la peligrosa boca de la carretera para subir a Piedrafita, primer despropósito: el nombre del pueblo ha desaparecido y a ambos lados de la carretera han plantado sendas señales marrones exactamente iguales que dicen "Parque faunístico de Lacuniacha". Menos mal que la denominación ya te arranca una risa y que entrados en la carretera hay un cartel que dice Piedrafita, porque si no ya me hubiera dado la vuelta.

Llegados a Piedrafita (1.248 m) vemos un sandwich o batería de carteles (ala) en los que parece claro que al Ibón se va lo mismo por la derecha (hiking) que por la izquierda (se supone que coches) y que parece prometer que se hará por separado. Pero de eso nada.


Antes de echar a andar por el feo camino lleno de piedras que señalaba el cartel de 1 hora 15' entramos al pueblo para comprar en el albergue las entradas para el concierto de Elliott Murphy y hecha la gestión le preguntamos al dueño si había algún sendero. Sí hombre, nos dijo con pocas ganas, salís por aquí detrás a la carretera y ya veréis un montón de indicaciones al Ibón.


Salimos a la carretera y no vimos nada, así que tiramos hacia donde la pista asfaltada subía, es decir, hacia la derecha. Pronto sospeché que eso no llevaba a ninguna parte, sobre todo cuando apareció un "conjunto residencial" o apartahotel, ay dios, llamado nada menos que Piedrafita Lodge (¡serán horteras!).


Lo bordeamos por arriba pensando que la pista tomaba mejor dirección pero cuál no sería nuestra sorpresa cuando dos vueltas más adelante se acababa. Entramos en un prado y anduvimos un buen rato por un bancal herboso a ver si por fin dábamos con la pista por la que no queríamos subir. En los trazos amarillos del esquema que he puesto arriba puede verse todo el despropósito de este inicio de excursión


Alcanzamos la pista justo a la altura en que está el parking de Lacuniacha y nos pusimos a subir por ella resignadamente.


Pero a mí me hervía la sangre porque eso de hacer pistas para coches en las que los coches están prohibidos, carreteras bien asfaltadas para poner bultos transversales, calles bien anchas para convertirlas en peatonales o coches que pueden ir a 250 por hora cuando la velocidad máxima permitida es 120, me parece del género idiota. Y antes morir que ser del género idiota.


Mirad qué estampa más ridícula: una maravilla de montaña al fondo y un montañero andando por una pista hecha para los coches en perfecto estado de conservación.

Recorrido un buen tramo de pista encontramos al fin un pequeño sendero que nos sacaba de ella por la derecha y que decía ir al Refugio Telera (?). Lo que sea por salir de pista. Foto y sonrisa. Maravilla de las maravillas (aún con la vista nublada por el cabreo)


Cuando llegamos al Refugio descubrimos que estaba prácticamente al lado de la pista y que unos tipos a los que habíamos adelantado cuando íbamos por la pista y que siguieron por ella en vez de "atajar" por el sendero, habían llegado antes que nosotros. Toma ya.

Por si algún día tenemos que usarlo para subir a la Telera, le hicimos un par de fotos, aunque confortable confortable, no parece mucho. En invierno puede tener su aquél, pero en verano... (?)



Del refugio al Ibón ya no hay nada (ni siquiera señales, ja ja) pero no tiene pérdida. Te pones a andar por la hierba, cruzas algún riachuelo y llegas. En ese momento el norte nos trajo una nube, echó unas gotas y nos tuvimos que abrigar porque la temperatura se puso como si fuera invierno. Caramba con el Pirineo.


Entre un cabreo y otro, hora y media y no hora y cuarto nos había costado llegar, y como el astro tampoco acompañaba, otro día será la canal. Almorzamos, nos reímos, y sobre todo, fuimos viendo cómo pasaban las nubes, como la iluminaba sol, y como iba cambiando la cara de enfado de la gran Peña. Preciosidad donde las haya (yo ya me la he puesto de fondo de pantalla...). Y la gente yendo en rebaños a ver el Guggenheim de Bilbao. Si ya digo, del género idiota.


Puestos a bajar, descubrimos un sendero muy bonito (trazos naranjas en el croquis de arriba) que como suele ser normal, discurre junto al desagüe del Ibón.


Mira por donde, que en su entronque con la pista tiene señalización.



Vaya torpes que eran los que llegaron al refugio por la pista antes que nosotros por el sendero, que no lo vieron (porque lo cierto es que iban al ibón). Esta es la vista del refugio desde ese punto. Se ve que les llamó más la atención la casita que el cartel.


Por huir de la pista y aunque fuera más largo, nos tiramos de nuevo al sendero por el que habíamos subido, y gracias a él, cuando salimos de nuevo a la pista, descubrimos los atajos que cortan las largas curvas del trazado pensadas para los coches. Como en la salida (entrada a la subida) el último atajo (primero) no tenía cahir o lo tenía caído, le pusimos uno bien claro en lo alto.


Animados por los dos atajos realizados cogimos el siguiente, muy bien señalizado, por cierto, cuando, ahhh, casualmente ¡no es bueno!


...porque lleva a una encrucijada muy poco clara donde por lo visto sale un bienintencionado sendero que va por el bosque y que preferimos no buscar ni perdernos de nuevo en él para retornar una vez más a nuestra "querida" pista !!! (véanse de nuevo las trazas naranjas del descenso)


Una vez en el parking del parque "faunístico" de Lacuniacha (ji ji ji, se ve que el spypchinés está extendiéndose mucho) por poco nos despistamos y bajamos por la carretera que da dos kilómetros de vuelta. El camino directo y pedregoso que baja junto al arroyo no está señalizado (pues se supone que los que han subido por él ya sabrán por donde se baja) pero como nosotros llevábamos toda la mañana dando tumbos lo cogimos por suerte y casualidad. O por intuición de buenos montañeros, caramba, que no todo iban a ser desaciertos


Al llegar abajo, eso sí, vimos los cartelitos de Ibón, Ibón, no muy homogéneos ni en todos los cruces, pero mejores que los de toda la mañana para poder atajar un poco y alejarse de los coches y sus pistas (no del todo, ah ah).



Ya que la subida al Ibón de Piedrafita es todo un despropósito (mi consejo a quien quiera acercarse al Ibón es subir en bici de montaña, que tiene mucho más sentido; y a quien quiera subir a Peña Telera que se cague en los responsables que tienen cortada la pista), voy a acabar este relato con una pequeña venganza sobre Piedrafita mostrando la coherencia de los carísimos contenedores soterrados de basura instalados al borde de la carretera a mayor belleza del pueblo y ¡ah! esos juegos infantiles tan urbanos y tan monos, que para eso traemos a los niños al monte.


Excursión (o lo que sea) realizada el 8 de agosto del 2013.