miércoles, 5 de septiembre de 2012

101. LA PEÑA OROEL, 1.769 m. (7k 600+) JACA, HUESCA



Viniendo a Jaca desde Pamplona, la Peña Oroel se aparece como la quilla de un gran barco (foto de Gronze.com); mientras que desde Jaca, con los Pirineos detrás, parece como el trozo de una gran pared montañosa que cierre esta ciudad hacia el Sur.


Como lo normal cuando llegas a Jaca es girar hacia el Pirineo, la Peña Oroel suele quedarse con la pena de ser la hermana menor de tantas cimas gloriosas, y seguro que no somos los únicos que hemos visto correr los años mirándola al pasar sin animarnos nunca a subir a ella.

No es de extrañar por tanto que la hiciéramos como sin querer. Al día siguiente de subir al Aspe (v. Montes n 6) pensé en subir en el telesilla de la Trucha de Astún para dar un paseo cumbreando por encima de la Canal Roya, pero la niebla era tan intensa que acabamos por bajar a Jaca. Y como no podía ser de otro modo, allí se nos apareció la Peña Oroel una vez más, llamándonos a visitarla. Esta vez no había excusa, porque aunque estábamos a 20 de julio, soplaba un fino norte y la mayor parte de la ascensión se hace metidos en el bosque.

Como en aquella época no tenía GPS, tomo prestado el mapa de otro blog montañero CFM que a su vez lo debió de coger prestado de algún otro sitio. Todo muy compartido, vaya, como debe ser.


Ya veis que no tiene pérdida. Se llega uno en coche hasta el Refugio Mirador de Oroel a 1.186 m. y se toma el sendero que sale directo hacia el Sur por entre los pinos.


Tengo anotado que la subida hasta el lomo (un poco aburrida por la monotonía del bosque) nos costó prácticamente una hora.


Una vez en la loma (1.670 m) se gira noventa grados hacia el Oeste, desaparece el bosque, y se disfruta de una brillante floresta amarilla que también he podido ver en muchas otras fotos colgadas en internet.


Desde ahí hasta la cumbre no hay más que 100 metros de desnivel que se hacen en veinte minutos de un precioso paseo cada vez más amarillo (en julio al menos).


En la cima hay una gran cruz, visible incluso desde Jaca, pero un poco más allá de la cima está la verdadera proa de la peña que es un lugar que impone un poco por lo verdaderamente aéreo que es.


Aunque no sea yo muy amigo de los lugares vertiginosos, el sendero no ofrecía ningún problema por lo que  nos llegamos hasta allí para ver el mapa de la mesa de orientación,


y para disfrutar en solitario de nuestro tradicional almuerzo con botellita de vino incluída.  Como puede verse, la mesa nos sirvió de soporte para el disparo automático de la cámara.


La perspectiva hacia el refugio del que habíamos salido (en ese pequeño claro del bosque) es prácticamente vertical:


pero la vista, obviamente, se va hacia Jaca, y hacia toda su línea de grandes cumbres pirenáicas que a mediodía ya se empezaban a dejar ver:


También tengo anotado que el descenso al refugio lo hicimos en tan solo una hora.

Así pues, excursión sencilla y muy recomendable cuando el Pirineo no quiera visitas.

(realizada el 20 de julio del 2007).