viernes, 9 de mayo de 2008

17. LA MUELA DE SEGART (6K 300+) Valencia



¿Se puede regalar un monte en un cumpleaños? Es un regalo bien grande ¿verdad? Dicho así suena exagerado, pero si de lo que se trata es de un pequeño descubrimiento geográfico y de preparar una sencilla excursión para la mañana del día del aniversario, el regalo suena menos pretencioso aunque más original.

Bueno, pues eso es lo que le regalé a mi hija Teresa este 4 de mayo del 2008 por su 25 cumpleaños: un monte cerca de Valencia.

Como venía oyendo a mis hijas que en Valencia (donde estudian sus carreras) no hay montes o que no hay mucha costumbre de salir al monte a oxigenarse, puse en el google “excursiones Valencia” y me salieron algunas páginas de ciclistas que apuntaban a la Sierra Calderona, en dirección a Sagunto. Enchufé la zona con el google earth y picando sobre las fotos descubrí (foto de arriba) la preciosa y singular silueta de una pequeña cota llamada La Mola de Segart. Pues bien, me dije: nada más apropiado para un cumpleaños pues… hasta ¡tiene forma de tarta! Y ya que es “muela” y los veinticinco una edad significativa, pues ahí tenemos… “la muela del juicio”.

Acercando con el google earth se veía tan bien el camino y el sendero de acceso a la cumbre, que sin dificultad alguna tracé este itinerario:



Desde Segart a la cumbre, poco menos de tres kilómetros de distancia y 300 metros de desnivel, o sea, calculé, poco menos de una hora de paseo/ascensión.

Y tal y como lo planeé, lo hicimos.
Esta es la foto del momento de la salida y los integrantes de la “expedición”.


Puede verse ya en esta imagen que la perspectiva del ascenso es bastante más sesgada que la de la foto del descubrimiento. Pero una de las cosas que más me fastidian del turismo o excursionismo contemporáneo es ir a buscar la foto que ya habíamos visto previamente. En vez de disfrutar de tres experiencias distintas, la de preparar la excursión, la de hacerla y la de contarla, el turista simplón sólo busca hacerse la foto típica y tópica de cada lugar para presumir de que “él ha estado allí”. Pura banalidad. No digo que no sea divertido pasar por los lugares comunes y admirar las perspectivas trilladas, pero hacer de ello el objetivo de un viaje me parece lamentable.

Lo que está claro es que nuestro objetivo era bien distinto: celebrar un cumpleaños con un paseo y explorar un poco la zona.

La subida por el itinerario marcado es muy agradable y al final tardamos tan sólo 47 minutos en hacerla. Unos veinticinco hasta el collado donde se deja el camino, y veinte más hasta la cima por el sendero bien marcado que se coge en el mismo. Los primeros cinco o diez minutos de ese sendero son bastante empinados, pero los diez restantes se convierten en un delicioso paseo de cumbre:

En llegando arriba hay mucho que ver y disfrutar. En primer lugar la amplia vista hacia Valencia:


Luego, la vista desde una cima a la otra, pues como auténtica “muela” que es tiene dos pequeñas protuberancias:



La vista desde la segunda cima hacia el pueblecito de Segart con la sierra del Garbi encima:


Y finalmente la vista desde la segunda cumbre hacia la primera, en la que se puede ver que el sendero que sube por entre ambas cumbres es otra forma de subir a la Muela, algo más dura y directa, pero igualmente practicable (ahí puede verse a otros dos montañeros subiendo):



Lo mejor de haber empezado el cumpleaños por este tipo de tarta es que se baja con mucha alegría en busca de la comida de cumpleaños, por lo que el descenso lo hicimos en tan sólo treinta y cinco minutillos.

Ya sabéis: si en el siguiente compromiso no sabéis qué regalar, España está llena de montes…